Schwager FC

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martes, 23 de diciembre de 2008

Con Pasaje A La Final

La noche ya anticipaba su caída cuando las tropas schwaguerinas comenzaban a decorar el paisaje precordillerano. Lienzos y papeles picados podían divisarse en las gradas de la Cancha 2, donde Schwager iba a disputar su partido de semifinal de la Liga70.

La emoción podía sentirse en el aire. Se entreveían sonrisas de impaciencia, expectación y nervio, mientras la hinchada preparaba una entrada cuasi profesional. Los jugadores se aprestaron a alistarse en la cancha de pasto aledaña, donde unos cuantos toques y un Roi sobre revolucionado fueron suficientes para saciar la inquietud.

El reloj se acercaba amenazante a las 9, y nos reunimos con el corazón bombeante antes de hacer nuestra entrada. El capitán no hallaba las palabras cuando se dispuso a transmitir su mensaje de aliento, pero no hacían falta. Con poco decíamos mucho: sólo había que entrar a ganar, a matarse, a darlo todo.

Ya en la cancha nos reunimos una última vez. Abrazados, fiel reflejo de equipo, dábamos inicio al festín nocturno servido. El "¡Schwager!" que gritamos disolvió el grupo para que la redonda pudiera comenzar a rodar, pero a la vez nos unió como nunca antes, conformando una paradoja perfecta para una noche perfecta.

El arcaico juez pitó el inicio y nuestras almas enaltecidas se fueron con todo desde el primer segundo, por lo que no hubo lugar para extrañezas cuando nos pusimos en ventaja. De los pies de Pollo, un tiro libre quirúrgico infló la red de los burdeos y ya empezábamos a sentir el gustito de una inminente final.

Leviatán no tenía reacción ni respuesta. Tocaban en mitad de cancha y tenían llegadas esporádicas que Pollo y Nacho se encargaban de frustrar. Schwager tenía el volante, tocaba, inventaba y gustaba. Por eso cuando cayó el segundo gol de Reta, que parecía estar siempre en el lugar y tiempo preciso, daba la sensación de que ya estaba todo listo.

Afuera, la banca de Leviatán no tenía más remedio que rendirse al trabajo que estaban haciendo los dos pilares schwaguerinos del fondo. Pero tal vez el 2-0 nos dio demasiada confianza y Leviatán no quería irse sin gol. Demostrando que estaban a la altura de las circunstancias, lograron por fin batir a la defensa y a Benja que tuvo uno de sus mejores partidos.

2-1 y Leviatán se nos venía encima. Nos costaba retomar el juego de los primeros minutos, y tuvimos que recurrir al pelotazo a la olla. Lamentablemente, rara vez había algún jugador blanco en la olla por lo que Leviatán se hacía de la posesión del balón con facilidad. No obstante, su ambición terminó por pasarles la cuenta, y en un contragolpe no tan fulminante, Reta aprovechó un rebote que dio el cancerbero rival y puso el tercero.

Leviatán tuvo entonces que empezar a luchar también contra el tiempo. Un lío de muchas piernas en nuestra área se tradujo en un 3-2 peligroso que nos llegó casi de sorpresa, pero el profe anticipó que ya no quedaba nada, mientras era increpado tanto dentro como fuera de la cancha para que lo terminara. Y así fue. El gol había puesto cifras definitivas y Schwager se iba por la copa. Schwager estaba en la final.

Jugador Brahma: Gary queda chico al lado de Pollo contra Leviatán. No había forma de pasarlo, y si lo pasaban (por cansancio al final del partido), espérate la chuleta que te va a llegar. Eso es fútbol.

Creo que este fue uno de los mejores partidos del equipo, y quiero felicitar a todos porque le pusieron unas ganas tremendas y llevaron a Schwager a la final. Prefiero omitir cualquier comentario respecto a la celebración posterior a este partido por razones obvias, así que quedémonos con lo que nos dejó el fútbol. Este fue el último partido que ganamos este año y lo ganamos bien ganado, merecidísimo, a nuestro estilo, con una hinchada loca que tal vez aprendió lo que era pasión cuando nos vieron dejar la vida en la cancha.

Schwager es lo más grande. Lo más.

domingo, 14 de diciembre de 2008

De Schwager Soy Yo...

El sol hacía daño desde las alturas y las huestes schwaguerinas llegaban con la ilusión más viva que nunca a enfrentar a Fundadores, en la última fecha del campeonato.

Cabe preguntarse, no obstante: ¿Vale la pena relatar el partido? Si alguien se anima, bienvenido sea. A mi juicio, es preferible omitir. Ganamos, sí. Dimos vuelta un 5-7, sí. Pasamos a semifinales, también. Pero también es cierto que ganamos 8-7, apenas, sufriendo...contra el colista. Contra un equipo al que antaño le habíamos metido 16, jugando relajados.

No vale la pena buscar culpables tampoco. Ni el sol, ni el ilustre colegiado ni el estado de ebriedad de algunos jugadores (perro) fueron responsables de nuestra penosa hecatombe. Si hay que culpar a alguien, que sea al equipo. O a Sali, por perderse tantos goles. Mentira, Sali se la jugó a full, pese a no estar fino en la definición.

Así que reitero y enfatizo: es preferible omitir. Estamos en semifinales, y eso es lo que vale. Además, a pesar de toda la mierda que podamos tirarnos encima, lo dimos vuelta a pura garra. Peguémonos una piedra en el pecho. Estábamos en las últimas, cansados, Fundadores salió agrandado, regalamos como tres goles...y aún así ganamos. Resaltemos el esfuerzo y el aguante que irradiábamos tanto en la cancha como en la banca. Agradezcamos ese último gol de Happy, que cayó como del cielo y que sencillamente desató la algarabía. Para la foto las sonrisas que se dibujaron en las caras de los que saltaron en la banca. Imágenes que quedan en la retina, y que sólo el fútbol te las puede dar.

A las 9 del Viernes comienza otro partido de Schwager, y ya no puedo esperar. Iremos a buscar la llave que abrirá las puertas de la final, de esa anhelada instancia en que demostramos quiénes son los campeones. Quienes son los papitos de verdad. A las 9 del Viernes seguimos pinceleando un cuadro que está a sólo 100 minutos de terminarse. Seguimos escribiendo la historia que le contaremos a nuestro hijos y que nos llenará de orgullo. A las 9 del Viernes Schwager la rompe, la revienta, la descose.

Por eso, pase lo que pase a Schwager lo llevo en el alma. Y eso significa que los llevo a cada uno de ustedes, sin discriminación: a los que juegan harto, a los que han jugado menos, y hasta a los que no han jugado y sólo han invertido (léase Philip). Porque creyeron en el equipo, porque terminamos casi últimos en el segundo campeonato y no nos rendimos. Porque cuando el fútbol no nos acompaña, sacamos fuerzas de flaqueza y lo ganamos igual. Porque Schwager es también para ustedes, como lo es para mí, su pasión y su locura.

Jugador Brahma: Se repite el plato y no queda otra. Me pongo de pie (figurativamente) por Happy, porque de los 32 goles que metió Schwager durante el campeonato, él metió el más importante, siendo un allegado del equipo. Se la jugó 100% y le puso tanto huevo como cualquier pionero de Schwager.

Jugador Grasa: Me lo merezco, sin duda. Fue necesario que Nacho se acercara para cambiarme el caracho. Bajé los brazos cuando más me necesitaban y no supe "transmitir buenas vibras" como tanto repitió Sali. Pido perdón y prometo que nunca más sucederá.

Ahora sólo queda la frente en alto y a ganar: dos más y no jodemos más. Espero que se realizen gestiones respectivas para armar una buena barra el Viernes, como la de la foto (confío en ti capitán, creo).

EN EL ALMA TE LLEVO SCHWAGER.